28 de enero de 2009

Mariana

Mariana ya llegó a la H. Universidad de Montemorelos. Caminó por las calles que cruzan y circulan los edificios solamente para asegurarse que todo siga igual, que no pasó nada extraño mientras ella se encontraba de vacaciones.
Cuatro días antes, durante la noche de insomnio, se le ocurrió una idea, no tan brillante, pero una vaga idea de lo que estaría sucediendo en la UM. Durante las vacaciones los edificios cobran vida y se reunen para tomar café. En esas reuniones hablan de todo lo que pasó en el año. De los muchachos que hicieron pipi en el pasto, de los enamorados y sus agarrones, de la histeria colectiva que producen los finales, los trabajos, las tareas y a veces, hasta el propio silencio y tranquilidad que emana de este desierto.

Ya regresó Mariana, está en clases, pensando que tal vez ya pronto se vaya a terminar la universidad.

22 de enero de 2009

Altamirano, la metrópoli sigue siendo un pueblote

La ciudad de México está creciendo. Parece eso natural, pero después de casi cuatro años puedo ver con mayor claridad el cambio. Por todo el eje 5 se pueden ver muchos edificios departamentales nuevos y en venta o con grandes letreros: «ya todo vendido» cuando la obra sigue en construcción. Pero al mismo tiempo se puede ver que la movilidad crece. Hay muchas casas viejas o departamentos casi derrumbandose en venta-renta, lo que nos dice que las personas se están alejando de las avenidas. Me pregunto si será porque consiguieron elevar su estatus o decidieron moverse a un lugar más tranquilo o al edificio nuevo de a lado.

Y no se diga de la nueva línea del Metrobús. Más allá de las quejas que he escuchado decir a muchos -ayer precisamente escuché a una señora decirle a su hija lo molesta que estaba por las falsas promesas de Ebrad sobre el nuevo transporte- sigue siendo novedad. La gente en los autos, que van más lento que antes, observan los autobuses, a la gente que camina o espera en la parada, los policías con sus gorras color verde fosforecente y los semáforos peatonales que son un show cómico. El «monito» color verde que al compás del conteo regresivo va corriendo cada vez más rápido, como dice mi hermano, solamente le falta salir volando para alcanzar el otro lado de la acera.

Ya no hablemos de los muchos accidentes, que el periódico se ha dedicado a publicar. El otro día, con el señor del taxi, veníamos platicando cuánta falta de educación vial nos hace falta y con este nuevo transporte nos vinimos a dar cuenta -qué tipos tan «inteligentes», apenas se dieron cuenta-. Pero lo que sí ha hecho el Metrobús es hermosear el eje 4. Para los que nunca han ido más allá del cruce con Tlalpan, no lo entenderán. Además, ha quedado una de las paradas frente a la Iglesia Adventista de mi colonia, a la que he asistido desde niña, eso le da más visibilidad y promoción y acceso. Al final, quienes asistan seguirán siendo los mismos de cada sábado.

No me ha tocado subirme todavía, pero ya hasta mi madre ha hecho planes, y eso que nunca se baja de su camioneta que más bien parece microbús. Bueno, ya les contaré cómo me fue, con las tarjetas y la tarifa más cara y los que te ayudan pa´ pagar y lo que es llegar más rápido que todos los automovilistas del famoso eje 4, Xola.

20 de enero de 2009

bárack obáma

Jajajaja, no debería darme risa sino tristeza. Hoy estuve atenta, como probablemente muchos mexicanos, a la cobertura de la toma de posesión del señor presidente afroamericano. Escogí la cobertura de Televisa simplemente porque el Loret me cae re-bien. Y su compañero, el señor Doriga, hizo un comentario que hizo un moretón en la cabeza de mi padre y la mía, y, como cuando te caes en la calle y te da pena solamente atinas a ignorar o reir, mi señor padre y yo reimos.
Doriga se atrevió a comparar esa ceremonia (religiosa) con las nuestras, aclarando que nuestro gobierno parece uno municipal en comparación. Y mucha verdad que tiene.
Una vez más, nuestro ”tercermundismo” se hace notar y cómo duele. Más si uno, a pesar que ama su patria y la defiende a capa y espada, desearía no haber nacido en esta sección del mundo, solamente porque a uno le gusta lo bueno, lo caro, lo de color ”güerito“.

El curioso caso del reloj que caminó hacia atrás

(Una nota antes: probablemente revele partes importantes de la trama de la película)

No creí que fuera a ser una película diferente. Ya sabíamos que la historia en sí era insólita, pero encaja dentro de los parámetros de cualquier película taquillera. A pesar de estas expectativas resultó ser un guión ”poeticamente bello”. Una historia que gira alrededor del reloj biológico de este niño que nace viejo y que crece para morir niño.
Una ancianira comienza narrando la historia de un señor relojero que despues de haber perdido a su hijo en la guerra, cosntruye un reloj que en vez de correr hacia adelante lo hace al lado contrario. Una imagen bastante creativa para mostrar que la vida termina en ese momento y la cinta comienza hacia atrás, en espera de vivir lo ya vivido. Así se explica cómo nace este niño decrépito.
Al salir de la sala de cine me enconté con el sentimiento de haber disfrutado una hermosa historia contada de manera sencilla y probable en cualquier soñador, creador de imposibilidades posibles.
Otra película que habla del tiempo y que presenta las posibles consecuencias de esta situación, crecer al revés. Creo que es por esto que hace del guión algo muy original, es literatura visual.

19 de enero de 2009

Toña escribió en su diario:

15 de enero

Sin la bolsa de palomitas

Siempre he imaginado que mi vida es una película, por eso me enamoré de él. Admito que hubieron muchos momentos muy reales pero guardo todos aquellos en los cuales me hizo sentir como la protagonista. Incluso el mismo día que se marchó fue de película; creo que por eso me dolió tanto.
Pero he escrito mucho de él y ya me cansé. Es como ver la misma cinta una y otra vez. Uno deja de mirar y escuchar; se harta. Sí, ya me cansé y hasta lo olvidé. Sin más lágrimas. Sin esperanza. Con una enorme sonrisa en el corazón, lo he dejado irse.
Sin memoria, sin rencores y sin lo miserable que fue el tiempo de su ausencia. Sin más palabras por decir, sin asignaturas pendientes. Con el único deseo de escribir en este papel lo que me inspira ser parte de este gran guión de cine que solamente yo interpreto y al mismo tiempo veo. Pero sin la bolsa de palomitas, solamente con un pañuelo blanco para secar una que otra lágrima.

14 de enero de 2009

me voy a casar-4a parte

Nunca creí que podría querer a alguien en tan poco tiempo. Todo comenzó cuando Rafael, el chico del museo, me invitó a una exposición de pintura de una de sus amigas. Fuimos a la exposición y después salimos rumbo a su casa. Bueno, la casa de su madre porque él comparte un depa con dos compañeros porque está más cerca de la uni a la que va. La verdad es que me inventó un pretexto para que conociera a su madre. La casa está muy bonita y allí conocí a la señora, y la verdad no recuerdo su nombre. Disculpa Rafa.
Después de platicar un rato con la señora nos acostamos en las sillas que estaban junto a la alberca. Fue allí que Rafael se puso serio y comenzó hablar mirando al cielo. Me dijo que nunca se había imaginado enamorarse de alguien así. Que después de estas semanas me había conocido lo suficiente para querer pasar toda su vida conmigo. Se levantó y se acercó a mí, me miró a los ojos, no podía creer que se estuviera comportando tan serio y tan cursi. Me dijo que quería estar conmigo, que no creía en el matrimonio pero que si yo prefería casarme, él estaría dispuesto hacerlo. Aunque no lo crean esa fue su forma de proponerme matrimonio.

Seguimos saliendo. Ya conocí a su hermana, tiene 15 años y es extremadamente tonta. Su madre es muy buena onda, ayer salimos en parejas a cenar: su mamá, el novio de su mamá, Rafa y yo. También ya conozco a sus compañeros de cuarto y a dos que tres compañeros de la uni. Ir al cine con él es genial. Analizamos todas las películas y él siempre encuentra el lado cómico de las movies, aunque estas sean de terror o gore. No fuma, sí toma pero casi no va de parranda, muy pocas veces va a los antros y ama el surf. Me confesó que es adicto. Este fin de semana me quiere llevar a un reven.

Ese día que me «propuso» casarnos, bueno, quizá por la emoción, le dije que sí. Bueno, ya hemos hablado del asunto. Por supuesto que seguiremos siendo amigos, como hasta ahora. Pero el tiempo dirá que onda. Por supuesto que mis padres no saben nada y obviamente no están deacuerdo que esté saliendo con él. Ya sé que no pasará nada, nada más allá de lo bonito que fue el día que lo conocí. Este es el final y no, no se preocupen, no habrá boda. De por sí la idea era ya demasiado inverosímil, cuanto más esta historia.

13 de enero de 2009

me voy a casar-3a parte

No me decidía a llamarle. Apunté varias frases en intentos frustados de mensajes de texto pero al final no mandé ninguno. No sabía qué hacer, no quería retomar la conversación o enfrentar una desepción.

-Hola
-Hola, cómo has estado. Te llamé y creí que ya no querías hablar conmigo, por eso ya no te volví a marcar.

(Silencio incómodo)

-¿Sigues allí?
-Sí
-Perdona por lo de ese día. Moviste muchas cosas en mi cabeza. Es que yo siempre creí que... bueno, es que debes saber que eres diferente. No eres como las demás chicas y creo que eso es lo que más me gusta de ti. Sí, me gustas mucho y estos días no he dejado de pensar en ti. Tus ojos, tu forma de ser y de siempre estar cuestionándolo todo...Dime algo, por favor. ¿Estás enojada?
-No, no, para nada. Es solo que no sé que decir. Creo que eres muy lindo. No creí que me fueras a volver a llamar.
-Te invito a jugar boliche, ¿qué dices?
-Mmm, sí, claro.


(He decidido escribir esta historia poco a poco, la verdad es que me encanta el chico y la forma como se dieron todas las cosas. Disculpen si quiero contarles poco a poco, pero es que recordarlo de poquito en poquito me hace completamente feliz. Así que esta historia continuará, jajaja).

me voy a casar-2a parte

Del chico del museo no supe su nombre hasta la cuarta cita. Para entonces, lo que sí supe fue que le gustaba leer a Poe, Fuentes, Baudelaire, Eco y otros que ya no merecen la pena escribir. Amaba el cine, estudiaba el último de diseño industrial y se consideraba neólogo, así como su ídolo Ehreberg. Alto, un poco flaco, con la greña un poco larga, barba y medio pandroson, medio fresa. Tenía una sonrisa hermosa y vivía a una hora de mi casa.
Recuerdo que para después de la tercera salida comenzamos a discutir acerca de Dios. Nunca le dije de mi religión, ya sabran que para mí es tema que debe permanecer oculto hasta que encuentre suficientes razones o confianza, lo que suceda primero, para confesar que profeso una religión de la que todavía no me atrevo a gritar. Es cuestión de tiempo, lo sé. Pero fue después de esa charla que supe que no lo volvería a ver. Terminamos de tomar café. Caminamos hacia el carro en silencio y me llevó a la casa y no mencionamos nada más. Me bajé, nos despedimos y terminó. Esa noche no pude dormir tranquilamente.
Pasaron varios días y yo sin saber de la existencia del chico del museo (aún no conocía su nombre). Finalmente me convencí que había sido solamente una historia que debía escribir en el blog. No me enamoré, eso es ridículo. El chico era interesante y divertido y nada más.

Salí de bañarme y mi madre me dijo que mi celular había estado sonando. Fui hasta el aparato y !vaya sorpresa! ¡El chico del museo me había marcado! Me dejó un mensajito en la bandeja de entrada, decía que quería hablar conmigo, que le dijera cuándo podíamos salir de nuevo.

(Continuará en otro post, ya en el anterior dije por qué)

12 de enero de 2009

¡Me voy a casar!

Ya sé que un post atrás escribí cuán ridícula era la idea de casarme terminando la carrera. Pero más ridículo es lo que tengo que contar, porque suena a película, y aún no me la creo.

Un día de mis vagaciones, fui a visitar dos museos que siempre visito con rigor en la ciudad de México. Uno nunca espera más de esas visitas que el descubrimiento del pensamiento humano en su expresión máxima de creatividad, ya sea sublime o inverosímil.

Un momento incómodo el que viví cuando me di cuenta que mientras miraba uno de los cuadros expuestos con tal concentración, un chico del otro lado de la sala hacía lo mismo pero el objeto al que devotamente miraba ¡era yo! Podrán imaginar la sorpresa que fue ver su mirada en mí, peor aún, el bochorno que me causó. Pero a él le pasó igual, no esperaba que en ese momento girara y lo sorprendiera en el acto.

Después, como se imaginaran, no pude volver a mi estado de «espectador extasiado». Me preguntaba qué estaría sucediendo en la cabeza del chico, que debo mencionar no estaba de mal ver. Caminé hacia el siguiente cuadro y al otro y al otro mientras mis latidos de corazón hacían más ruido que mis propios pasos. No contuve más y miré de nuevo, esta vez hacia todos lados para encontrar que el chico ya no estaba en la sala. Se había esfumado de repente.

Fue entonces que sentí alivio, como si me hubieran salvado de hacer un exámen o como si todo lo hubiera solamente imaginado, como si hubiera querido imaginar una historia interesante en el museo. Terminé de ver las exposiciones y decidí ya no ir al otro museo. Mi estómago rugía un poco y decidí salir a comer. Subí al carro y pensé consentirme un poco y comer algo rico. Llegué al lugar de las crepas, una esquina iluminada románticamente en la condesa. Me senté, miré el menú, pedí y seguí esperando. Pero lo gracioso viene ahora, el chico del museo estaba sentado en una esquina del mismo lugar. Cuando me vio bajé la mirada ya saben. Me puse colorada, no sabía qué hacer, comencé a mover las piernas y las manos me sudaron horrible. Sentía que todos veían. Inexplicablemente, el chico se acercó y me preguntó si se podía sentar. Yo no podía creer que el chico que me pareció algo tímido ahora se quería sentar.

(Para no hacer más largo y tedioso este post, continuaremos en uno nuevo)

5 de enero de 2009

Te quiero amigo.

Este era un chico que calmó todas las noches de tristeza, que brilló como la luna en la noches oscura, como la estrella que se espera ver a media noche o como el humo que se desprende de la bocanada de aire caliente en los días fríos.
Este era un chico triste por que queía sentir tristeza, porque pensó que la felicidad solamente se encontraba en los brazos de ella, porque se negó a ser feliz.
Este es un chico que se ha negado a la belleza, a lo ordinario, a lo normal o anormal. Se ha negado a una realidad ficticia pero al fin real. Desde siempre se negó a ser un mortal común y corriente.

Te quiero amigo.

4 de enero de 2009

09

Un repaso por los blogs de mis amistades, conocidos y personas cercanas me dicen que la melancolía ha dominado el 2008 a flor de piel, de letras y de físico. Deberían ver la cara de todos, parecen pedazos de lodo cuarteado, ja.

Mi tía se casó a los 23, mi primo más o menos por esa edad y su ahora esposa tenia 16 cuando sucedió eso. Mi madre se casó a los 24 años y mi pá a los 25. Mi tío se matrimonió a la edad de 28 y su esposa a la edad de 20 o algo así. Y toda esta información recopilada en un lapso de dos semanas de vacaciones. Un día antes de conocer todo esto, me topé por desgracia con mi primo que me dijo que tenía un semestre pa casarme.

La soledad la descubrí delimitada por el territorio. Mi Diana y su familia se quedarón allá, del otro lado. Se olvidaron esta navidad de la casa paterna y materna. Mi tía Jaque anda sola en su bello paraíso. Digo sola porque está lejos de su familia acá del centro. Y mis primos parecen ansiosos de calor familiar. Nosotros estamos aquí en medio de toda la familia y la casa, el dinero, el tiempo, la rutina han determinado la separación. Como barreras invisibles unen nuestros lazos familiares que al final se convierten en calaozos de soledad.

Pero basta de melancolía porque también descubrí rostros felices. Mucha música, risa, y lágrimas de agradecimeinto, de emoción.