26 de febrero de 2009

Libertad para vivir

Como el vuelo de cien mil pájaros,
como el color rojo de la película Amelie,
como el salto de una ardilla de un árbol a otro,
como la ternura del koala,
como el latir de un corazón enamorado.

Como el sonido de las olas del mar encallando en la playa,
como el flotar de una hoja sobre el agua,
como el cereal con leche,
como una manzana fresca y crujiente,
como el sonido de una melodía suave, fuerte y llena de libertad.

Como tener paz,
como ser un alma libre,
como tener una sonrisa bien plantada en el corazón
como vivir sin dolor.

24 de febrero de 2009

Amistad

Hoy fue uno de esos días en los que no quería saber de problemas ajenos y Marianne vino porque quería hablar. Me confesó que hay días que se esconde en la buhardilla. No quiere hablar con nadie. No le gusta escuchar lo que otros dicen porque no siempre tienen algo realmente qué decir. Así que evita esos ruidos y se aleja. Pero hoy se dio cuenta que no puede ser así. Quiere aprender a amar la compañía de los demás y no tiene la menor idea de cómo hacerlo.
¿Qué le pudo decir yo, otra a quien tampoco le interesa saber cómo amistarse con el exterior?

17 de febrero de 2009

El mundo pesa, y mucho.

Había días que Luis Artiaga sentía que se comía al mundo. Se le antojaba hacer de todo y podía hacerlo. Pero había otros cuando el mundo se devoraba al muchacho. Por más que se esforzaba no lograba siquiera levantar el ánimo.

12 de febrero de 2009

Si estás enamorada, no sigas leyendo.

José no sabía si debía colgar o seguir esperando que la tipa contestara el celular. Sonó, sonó, y colgó. No, estaba seguro, no podía marcarle. ¿Qué le iba a decir? ¿Ella no iba a querer salir a cenar? Estaba tan flaca que era casi seguro que ella no comía.
Pero José quería salir con ella. Ya estaba todo planeado, aprovecharía el cursi 14 de febrero y le pediría que fuera su novia.
Pero, qué tontería. Él no creía en esas tonterías del “amor”. Pero tenía en las manos este sentimiento inexplicable y este nerviosismo estúpido. No podía llamarle pero su corazón iba a explotar.
Volvió a marcar y en ese momento entro su amigo a la habitación. Estaba escrito, no pensaría más en ella. No podía mostrar debilidad, esa no era su personalidad. Su corazón y San Valentín tendrían que esperar hasta que él se convirtiera en otra cosa que no fuera José.

5 de febrero de 2009

¿Por qué seguimos adorando a USA?

Hoy salió en el periódico una nota acerca de la Tent City.

Hace poco más de medio año, tuve la oportunidad de visitar a mi prima Araña en los «Unites». Estaba muy nerviosa durante el viaje de ida, no tengo la menor idea de por qué, o tal vez sí y no se los quiero decir. Cuando subí al avión, descubrí que mi compañero de viaje era bastante charlador y muy sincero. No era simpático, apuesto a que me doblaba la edad y su nombre era Rosendo. Viajmos juntos un par de horas.
Todo comenzó mientras yo leía a Monsiváis, para disimular mi nerviosismo crónico. Rosendo me preguntó qué leía y quién era el autor. Así comenzó una larga charla acerca de los indocumentados.
Me comentó que el estaba en una organización que protege que las autoridades respeten los derechos humanos de los ilegales. Me contó cómo mexicanos, puertoeiqueños, etc. son tratados como meros esclavos o animales. Él cree que en USA se está viviendo una nueva forma de esclavitud.

Mi prima no vive este problema en carne propia, pero me contó de algunos de sus amigos y conocidos que sufren por no ser aceptados legalmente. Y quiero terminar con lo que dijo la supervisora del condado de Maricopa, Mary Rose Wilcox: «Siempre que se trate a alguien de manera diferente sin razón, se están violando derechos”, explicó. “En Estados Unidos tratamos a todos en forma igualitaria. Creo que eso está mal».

2 de febrero de 2009

Un funeral y 29 años atrás

Hace una semana murió una de mis mejores amigas, Blanca Hernández, siempre usó su nombre de soltera. La conocí en la universidad y nunca imaginé que trabajaríamos juntas. Creo que es la única que nunca envejeció de todas nosotras. Talvez porque siempre era muy alegre o quizá porque nunca aparentó su verdadera edad.

Fue en el funeral que nos volvimos a reunir todas otra vez. Blanca siempre soñó con que nos reuniéramos todas juntas, como cuando estábamos en Montemorelos, lástima que no pudo vernos ese día, porque ya estaba en un ataúd. ¡Cómo la extraño!

Vi a Saraí de Veracchi. Bajó de peso muchísimo después de su cuarto embarazo. La mujer parece tan llena de vida, de aquí para allá. Sigue necia pintandose las canas, pero es que tenía un cabello hermoso. Ahora ya no peina chinos, la “muy” se alacia el cabello desde que se casó con su “bomboncito“ de hombre. Porque quién se iba a imaginar que tres años después de salir de la uni, estaría viajando por todo el mundo y regresaría casada con un italiano. Así que ya imaginarán, sus niños son unos mostruos con cara de ángel.

También vino Griselda Rosales. La muy ingrata vino a presumirnos que se estrena su última producción de tv. Desde que se divorció de Toño, ahora anda que con nuevo carro, nueva casa, nuevo novio. Está hecha una diva. Le sentó muy bien el divorcio, la verdad es que siempre fue hehca pa´andar de pata de perro por el mundo.

Mamá Ely llegó muy del brazo de papá. Imaginen a unas rucas llamándole mamá Ely a otra más ruca, es de lo más penoso, jajajja. La verdad es que siempre serán Barbie y Ken, pero con unos cien años encima, jajaja. Tuvieron solamente un hijo y éste trabaja en Nueva York, es abogado.

La que llegó tardísimo fue Dania. No sabíamos nada de ella. Un día nos dijo que se iba para Australia y le perdimos la pista. Aún no sé cómo se enteró del funeral. Dijo que no se casó nunca, pero que musos nunca le faltan. Adoptó un niño hace un par de años atrás, pero por desgracia murió al año, de cáncer. Fue cuando decidió ir a probar suerte al otro continente y le fue muy bien por allá. Nos trajo el último libro que publicó, talvez nunca llegue a México.

Te extrañamos mucho Blanca. Reímos muhísimo y nos acordamos de tu mal humor, pero ahora sí reímos mucho porque los pudimos entender. Tu hija, Dina, se quedó con la casa de Rumanía. Tus hijos Carlos y Nathanael decidieron rentar el departamento de México con todos los muebles y si no te molesta, me ofrecí a cuidar a tu perro “BJ“.
No te preocupes por mí, estaré bien. Gracias por pasar conmigo estos años, por cuidarme cuando se fue Alberto, cuando perdí a mi madre, cuando compré mi departamento en Francia, cuando vimos por primera vez en Forbes nuestra empresa entre las 100 mejores del año. Hicimos tanto, viajamos tanto, conocimos a tanta gente.

El día de tu funeral vinieron todos, la prensa, los de la empresa, artistas con los que trabajamos, gente de varias partes del mundo. Te voy a extrañar mucho. La hora del té y los días de reunión con las otras chicas, y de aquellos días de ir a comer a Villa de Santiago.