31 de diciembre de 2009

Sentido de la Vida - segunda versión

Uno se topa con el Sentido de la Vida a cada rato, cuando menos se lo espera allí está, listo para ser visto, de colores amarillos y verdes fosforecentes para no pasarlos por alto, y saltando en un solo pie con el dedo en la nariz y el otro brazo extendido, puesta en la cabeza una peluca de payaso y un gran sobrero de Sombrerero.

No te invita ni te mira simplemente se dedica a susurrar al oído todas las estupideces que se le ocurren en la cosa que tiene por arriba de las cejas. Camina contigo y te toma de la mano con la promesa de no soltarte y sin el aviso de su próxima partida.

Así que hay que llevarla a comer con uno, invitarla a dormir en la misma cama, presentarla en el lugar de trabajo, llevarla los fines de semana de paseo, invitarle la película, las palomas y los chocolates, hasta que acaba tomando en el mismo popote que uno y a veces hasta se pone a conversarte mientras te estorba para hacer del baño.

Ya que se seinte más en confianza le abres la puerta y te encuentras con la familia lista para quedarse a pasar las vacaciones de la vida contigo: la matrona Melancolía, el macho Rechazo de Siempre, los mellizos Trizteza y Agonía, la pequeña Felicidad, la mascota Odio, el viejo decrépito Sabiduría y la que limpia le apodan la Llorona.

Entra con toda su prole y te dice que la más odiosa y que no ha podido dejarla en casa por culpa de Melancolía es la pequeña Felicidad, que tiene una sonrisa Colgate, unas coletas rizadas y la piel pálida como la de un angelito extraviado. Y así comienzan los días, sin saber cómo la rutina te cambia, los estados de ánimo te marean y en la casa te vuelves el extraño, el que incomoda y estorba, el que carece de carisma y deciden por fin o echarte o mutarte.

Sentido de la Vida y su Vida

Uno se topa con el Sentido de la Vida a cada rato, cuando menos se lo espera allí está, listo para ser visto, de colores amarillos y verdes fosforecentes para no pasarlos por alto, y saltando en un solo pie con el dedo en la nariz y el otro brazo extendido, puesta en la cabeza una peluca de payaso y un gran sobrero de Sombrerero.

No te invita ni te mira simplemente se dedica a susurrar al oído todas las estupideces que se le ocurren en la cosa que tiene por arriba de las cejas. Camina contigo y te toma de la mano con la promesa de no soltarte ni darte el aviso de su próxima partida.

Así que hay que llevarla a comer con uno, que invitarla a dormir en la misma cama, presentarla en el lugar de trabajo, llevarla los fines de semana de paseo, invitarle la película, las palomas y los chocolates. Toma del mismo popote que uno y a veces hasta se pone a conversarte mientras te estorba para hacer del baño.

Después de un rato tienes que presentarle a la familia: la matrona Melancolía, el macho Rechazo de Siempre, los mellizos Trizteza y Agonía, la mascota Odio, el viejo decrépito Sabiduría y la que limpia, la Llorona.

Un día de estos, como suele hacerlo de vez en cuando, desaparece sin haberse llevado sus cosas y se va a no sé dónde porque no soporta la presencia de la Felicidad que se digna a visitarte esporádicamente de vez en vez. A la mañana sigueinte despiertas y ya está allí otra vez, esperando que despiertes para recordarte el desalentador sueño de la noche y hacerlo realidad. (I´m back baby). Sonríe.

20 de diciembre de 2009

Un domingo común y corriente

Despertar tarde y preparar unos banana pancakes y tener la tarde para recostarse a ver películas contigo. Ya por la tarde, muy tarde, casi noche, salir los dos a cenar, a caminar, a chacharear contigo.

Mientras, sueño con un cafe y un libro.