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Hola madre:
Ando acá en mi clase de producción televisiva, pues realizando la edición de un video comercial. Sí, ya sé que a mucha gente se le hace cosa fácil y sencilla eso de filmar, grabar, producir y posproducir un video, pero tú sabes mejor que nadie lo difícil que es. Bueno, ahora imagina que tiene que ser profesional y esa es mi frustación.
Madre ando que no sé que hacer, ya estoy a un año de salir de la carrera y no me deja dormir el saber que no estoy lista profesionalmente para salir al mundo ese maldito que se traga a los seres humanos sin importar qué. No me siento lista y más que miedo es el hehco que estoy conciente que sufriré mucho allá en la guerra.
No espero que me des un consejo, por favor no lo hagas porque no necesito escuchar consuelo. Las realidades no se pueden consolar con palabras de ánimo. Estoy bien, pero lo único que quiero en estos momentos es llorar, llorar mucho y te lo digo a ti porque sólo contigo puedo ser débil y derramar mi corazón de niña: los demás solo esperan que sea profesional y encare la realidad y le ponga solución. Me acerco a ti porque eres lo único que tengo tangible en esta mierda de mundo.
Te quiero madre, pero este lugar me ahoga, no me deja crecer, no sé, me hace sentir dentro de un cuadro, son sus cuatro esquinas y sin salidas, sin más opciones.