25 de junio de 2009

La Locha de casa

No les voy a mentir, a veces escuchar a mi abuelita es desesperante. Últimamente se la pasa hablando de todo lo que le duele y quejándose de no poder tener mi edad otra vez y sentirse bien para salir (aunque sabemos que la razón por la que no sale es porque le da miedo la ciudad).
Pero de repente, cuando su mente decide dejar de lado la vejez y los achaques, comienza contándome cosas de las que reflexiona y entonces me doy cuenta que detrás de la ignorancia escolar, mi abuela tiene un cerebro en contínuo análisis.

Luego me dice que por qué uno tendrá que morir, que qué tanto dirán los pájaros, que por qué uno tiene que envejecer.

No escucha muy bien y le zumban los oídos todo el tiempo, pero la vista la tiene mejor que la mía. Es una excelente observadora. Se pone a analizar a la gente, las aves, los vecinos (se sabe la rutina de todos y sabe qué sucede en el día, quién salió, a qué hora regresó y con quién), los gatos, el cielo. Cuando no escucha la conversación, sabe de lo que se habla por los gestos, las muecas, las risas, etc.

(continuará)

1 comentario:

Anónimo dijo...

tu abuelita es adorable, simplemente la amé!!
hehehe:) como estar Mer!? te extraño, hacia mucho que no asaba por tu blog y hace mucho que no haz escrito, ni yo! ja!
aplicareme! te kiero!