Me sigue sorprendiedo el poder de los recuerdos. Mira que soy melancólica y nada mejor para detonarlo que oler, escuchar, tocar algo para regresar al pasado. Precisamente esta mañana, una simple canción que tarareara Saramo me hizo tener 19 años otra vez (quizá 18). Una canción que si la hubiera escuchado cualquier otro día en cualquier otro lugar no me hubiera causado el más mínimo interés. Pero cómo son las cosas, precisamente fue esta mañana que todo regresó a la Nachito. Y una cosa lleva a otra. Al caminar por entre las imágenes en tonos grises de mi pasado en el colegio, miré a todos otra vez. Escuché la canción en el auto, los comentarios de mi prima y vi a mi familia en el auto. El salón, el chico del cd, el novio, el profesor, los compañeros de clases, incluso a mi madre.
No es querer regresar, es haberlo vivido de nuevo esta mañana. Pero regresar solamente como una espectadora, sin poder cambiar el curso de la historia. A veces frustante pero siempre un recuerdo que deja una sonrisa, no sé si de felicidad y satisfacción o simplemente porque sé que ya quedó atrás.
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