Eras lo único que quería, aun con todos los peros en contra.
Hay una canción que escucho al menos un par de veces al día, para no olvidar, para volver a sentir tu mirada, tu mano y esa noche en el café, cuando sacaste el celular y me diste un audífono y entonces pusiste cara de no ser posible. Y traté de que ese momento no se me fuera a escapar. Y cuando tomaste mi cara con tus manos y te atreviste a darme ese primer beso que de culpable lo tenía todo porque hizo darme cuenta que me estaba equivocando de camino. La ida a ese teatro súper bohemio, la mirada que me lanzaste esa noche de tu cumpleaños cuando bajaste del taxi y te despediste, cuando bajaste al baño ese sábado y me di cuenta que te necesitaba conmigo, tu mano acariciándome, nuestras manos juntas, esa noche sentados en las escalas de Vizcaya, la primera vez que cruzamos una palabra, cuando vi tu mirada siguiéndonos o criticándonos en la UNAC, la película del mar y de los superhéroes, el sábado en casa de los Rojano, la ida a la iglesia del Poblado y el mega anuncio en público, nuestra última cena en Verdeo cuando vi en tu cara que no sería nuestro final, caminar juntos hacia el Banco la primera vez que me tomaste de la mano, el anillo, cuando me esperabas desesperado en la UNAC, cuando llegaste con el que aún no era P.P. (pepe), el estrés terrible cuando supimos que queríamos estar juntos y el enredo de cuatro hizo una novela de esta historia, el paseo en moto y el frío terrible con el chocolate delicioso del mirador, la primera y la última y todas las llamadas al CAD, tu voz, tu risa, tu acento colombiano que me derrite, tus ojos, tus abrazos, el Lleras, el D.F., la película argentina y tu del otro extremo mientras esperaba que sintieras lo mismo que yo aunque hablaras más con Saramo, cuando me enteré de que éramos novios, cuando llegaste a Oasis con Harold ese viernes y me dio pánico verte y me hice la loca y me porté como una tonta, tu necesidad de tocarme, el almuerzo entre semana en Primium y no sabes que lloré cuando te fuiste porque supe que así sería la cosa y Saraí solo atinó a abrazarme, esa mañana cuando te vi llegar con tu uniforme y me llevaste con la señora Angela y fue tu beso como siempre un suspenso en el tiempo y unas ganas de estar así toda la vida y te tuviste que ir y me tuve que ir y...
2 comentarios:
Meruchinas, fue maravilloso ver tu cara de enamorada por dos semanas, antes de tu partida a México. Extraño contarnos las locuras que hemos vivido. Te extraño y creo que entiendo como te sientes. Fue tan romántico tu último mes en Colombia.
no sabes cómo me duele... fue tan mágico, tan bonito, tan cortito
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