Creí que sería más dramático. Ya saben, lágrimas sin parar, un dolor en el pecho de esos que te sacan el alma o por lo menos un sentimiento de vomitar todo. Pero no hubo nada, es más, todavía me parece estar sin vida. Nada es real.
Con el tiempo comienzo a pensar que me gustaba mi rutina, me mantenía viva. Sí, con un sentimiento de estar haciendo algo con mi vida y algo de lo que no me arrepentiría nunca.
Ahora hay toda una vida por trazar, nuevas rutinas, nuevas metas, nuevas formas de hacer y convivir con el ambiente que me rodea. Debo confesárles que no he salido de mi cuarto desde que llegué. Estaba acostumbrada a refugiarme en el dormitorio a lado de todas mis cosas. Me da miedo salir. Me da miedo hacer contacto otra vez. Si hay algo que le reclamo con odio a Montemorelos es este temor e incapacidad de ser la persona que era: libre, aventurera, sin miedo, atrevida. Mírenme aquí, pegada a este maldito aparato del demonio.
Mañana será otro día. Espero poder llevarme bien con todo lo que me rodea. Por la noche solamente recuerdo quién era, solo así me convenzo que aún pertenezco a este lugar, que siempre fui una chilanga de corazón. ¿Me pregunto qué más habrá cambiado en mí la universidad de la burbujamorelos?
2 comentarios:
ww corazón!! Creo que tiene que ver con re-adaptarse, con hacer tu vida de nuevo, amaneciendo en otros soles y durmiendo en otra cama. Acostumbrarte de nuevo a tu despertador y la comida de mamá, olvidando la música que te levantaba en las mañanas, las monitoras y las no-delicias del comedor. Éxito amore, estás por descubrirte de nuevo... diferente y nueva pero tú al final... besoch... checaste tu mail? un abrazo a tu family
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