22 de enero de 2009

Altamirano, la metrópoli sigue siendo un pueblote

La ciudad de México está creciendo. Parece eso natural, pero después de casi cuatro años puedo ver con mayor claridad el cambio. Por todo el eje 5 se pueden ver muchos edificios departamentales nuevos y en venta o con grandes letreros: «ya todo vendido» cuando la obra sigue en construcción. Pero al mismo tiempo se puede ver que la movilidad crece. Hay muchas casas viejas o departamentos casi derrumbandose en venta-renta, lo que nos dice que las personas se están alejando de las avenidas. Me pregunto si será porque consiguieron elevar su estatus o decidieron moverse a un lugar más tranquilo o al edificio nuevo de a lado.

Y no se diga de la nueva línea del Metrobús. Más allá de las quejas que he escuchado decir a muchos -ayer precisamente escuché a una señora decirle a su hija lo molesta que estaba por las falsas promesas de Ebrad sobre el nuevo transporte- sigue siendo novedad. La gente en los autos, que van más lento que antes, observan los autobuses, a la gente que camina o espera en la parada, los policías con sus gorras color verde fosforecente y los semáforos peatonales que son un show cómico. El «monito» color verde que al compás del conteo regresivo va corriendo cada vez más rápido, como dice mi hermano, solamente le falta salir volando para alcanzar el otro lado de la acera.

Ya no hablemos de los muchos accidentes, que el periódico se ha dedicado a publicar. El otro día, con el señor del taxi, veníamos platicando cuánta falta de educación vial nos hace falta y con este nuevo transporte nos vinimos a dar cuenta -qué tipos tan «inteligentes», apenas se dieron cuenta-. Pero lo que sí ha hecho el Metrobús es hermosear el eje 4. Para los que nunca han ido más allá del cruce con Tlalpan, no lo entenderán. Además, ha quedado una de las paradas frente a la Iglesia Adventista de mi colonia, a la que he asistido desde niña, eso le da más visibilidad y promoción y acceso. Al final, quienes asistan seguirán siendo los mismos de cada sábado.

No me ha tocado subirme todavía, pero ya hasta mi madre ha hecho planes, y eso que nunca se baja de su camioneta que más bien parece microbús. Bueno, ya les contaré cómo me fue, con las tarjetas y la tarifa más cara y los que te ayudan pa´ pagar y lo que es llegar más rápido que todos los automovilistas del famoso eje 4, Xola.

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