20 de abril de 2008

Mañana moriré.

Escribí la frase porque saltó a mi cabeza una de esas tardes cuando la melancolía invadía mi vida pero nunca imaginé que el día de hoy, meses después de aquél trágico día, me toparía con un comentario que refería a mi frase fatalista.
Pues sí, hoy domingo mientras regresaba de una caminata deliciosa, una amiga me detuvo para preguntarme cómo había sido el día de ayer. Yo, con cara de pasmada no entendí. Después me trajo a memoria mi nick.
Bueno, les contaré como me fue el día de mi muerte. El día comenzó nublado, era predecible, así lo había soñado. Después de estrujar mi cuerpo en la cama mientras decidía si quería morir de pie o en las sábanas, escuche la ensordecedora música celestial o infernal, según quien la escuche. Es el despertador que nos recuerda que es hora de ir a la iglesia.
Sí, pasé todo la mañana y parte de la tarde sentada en una banca muy cómoda en la iglesia. Un lugar perfecto para morir, directo al cielo, ja. Depués terminé con una película de ladrones, uno muy guapo era el jefe y salía con el dinero por la puerta principal del banco.

¿Qué tal mi último día de existencia? Bueno, creo que tengo más días para morir como un verdadero héroe.

1 comentario:

Zaraí dijo...

pues espero qe todas tus muertes sean así solo por un momento y en la Iglesia, por que no se que haría sin tí. te qiEro, y recuerda qe estoy pa lo quE quiEras, hasta pa ayudarte a morir.