24 de febrero de 2009

Amistad

Hoy fue uno de esos días en los que no quería saber de problemas ajenos y Marianne vino porque quería hablar. Me confesó que hay días que se esconde en la buhardilla. No quiere hablar con nadie. No le gusta escuchar lo que otros dicen porque no siempre tienen algo realmente qué decir. Así que evita esos ruidos y se aleja. Pero hoy se dio cuenta que no puede ser así. Quiere aprender a amar la compañía de los demás y no tiene la menor idea de cómo hacerlo.
¿Qué le pudo decir yo, otra a quien tampoco le interesa saber cómo amistarse con el exterior?

3 comentarios:

Israel Calderón dijo...

OPINION DE OSIRIS:

OOoOOrale su caso si k esta grueso, me parece que tambien soy asi, les acompaño en su pena.

Se me hace que la primera forma de actuar en esos cazos, nunca es normal, pues si lo va a intentar que no se desanime si no lo logra a la primera, solllo que lo vuelva a intentar, con el tiempo, la situacion cambiara radicalmente. CREEME K SI

SUERTE!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

jijiji pss pobre Marianne... Esto me sonó al recurso de escritura "excusa" que vimos en el metate... recuerdas?? o... como diría el Iver, son sólo tarugadas mías? t amou nena!

Zaraí dijo...

gracias por tu super comeNtario ehh jaja. Yo no dije que sería el fin, pero obvio que dolerá, recuerda que si no duele no sirve, jeje, y en cuanto a Marrianne o como se llame, dejála sola aprenderá a amar de los demás, aunque un empujoncito de vez en cuando no le caería mal.