17 de febrero de 2009

El mundo pesa, y mucho.

Había días que Luis Artiaga sentía que se comía al mundo. Se le antojaba hacer de todo y podía hacerlo. Pero había otros cuando el mundo se devoraba al muchacho. Por más que se esforzaba no lograba siquiera levantar el ánimo.

2 comentarios:

Zaraí dijo...

Pobre Artiaga, pareciera que vive en esta sociedad sucia y ruin...

Anónimo dijo...

dejavú... parece que Luis es humano