9 de abril de 2009

En casa y sin sentir calor

Creo que es ahora cuando comprendo un poco mejor a mi prima araña, cuando se fue al otro lado para no volver. Estoy de regreso en casa y en poco tiempo podrá ser definitivo pero es que ahora no sé si realmente deba regresar.Aunque me duela con el alma admitirlo, en Montemorelos está mi vida. Definitivamente no me quedaré, pero y a dónde me iré.

Quiero irme a Francia, o quizá conseguir trabajo en Monterrey o buscar acá en chilangolandia. Si tienen o conocen de alguna chamba pa mí, avísenme. Me gusta escribir, estudio Ciencias de la Comunicación y me encantaría trabajar en alguna editorial.

¨Deja atrás un camino seco y polvoriento. Olivia lleva caminando un día y parece no encontrar fin a ese infierno. El sol quema y no se avisa ningún árbol que regale un poco de aire fresco. Olivia lleva vaqueros y una blusa amarilla en la que se lee Radiohead, se la regaló su hermano dos meses atrás.
El día anterior había sido fatal. En el bar se pelió con su novio y decidió dejarlo en ese pueblucho. Las vacaciones no habían empezado y ella estaba de regreso intentando llegar a cualquier parte, menos junto a Julían.

Julián no tenía cerebro, es más, no conocía la palabra pensar. Pero era guapo, vestía a la moda, tenía una risa encantadora y además era el centro de atención en cualquier lugar. Conoció a Olivia en un cine viejo en el centro de la ciudad. Julian se enamoró sin saber cómo, cuándo o por qué. Olivia se dejó querer.

Olivia camina sin fuerzas y de repente cruza por su mente que quizá se equivocó. Pero no, ella no puede regresar. Pronto pasará un auto o llegará a algún pueblo. Tal vez Julián la encontrará antes que caiga desmayada, por lo menos eso imagina mientras siente que las piernas ya no le dan para más. Finalmente Olivia cae en medio de la nada, repitiendo en voz baja alguna frase incoherente.

Una semana después Julián recibe un llamada telefónica. Es su mejor amigo preguntándole si sabe que Olivia murió. Julián cuelga y continua durmiendo¨.

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